sábado, 14 de julio de 2012

La progresión en las primeras etapas de escalada

La escalada deportiva se ha convertido en los últimos años en un deporte de moda, ya por el avance de los materiales de seguridad (seguros, cuerdas, arneses…) y por otro lado por el gran atractivo que representan las actividades en la naturaleza.
Cuando la mayoría de personas hace sus primeras escaladas suelen empezar a escalar en top tope (en polea), debiendo ante todo familiarizarse en el medio del ascenso vertical, y por otro lado con los medios de seguridad, siendo estos últimos los más importantes al empezar.


Cuando ya se controlan los medios de seguridad básicos para la escalada deportiva, y se está un poco rodado se puede empezar a escalar alguna vía sencilla que no sea peligrosa de primero y así uno mismo puede hacerse una autovaloración sobre sus capacidades personales.
La escalada deportiva es un deporte que entremezcla fuerza, técnica y psicología a partes muy iguales, siendo muy importante para la progresión llevar los tres factores a un gran nivel para escalar a nuestro máximo potencial. En la actualidad el gran problema de muchos escaladores es que empiezan a escalar en rocódromos, donde desarrollan mucha fuerza y algo de técnica. ¿Pero qué pasa? Cuando van a escalar a la roca flaquean de psique por el miedo a la caída y de técnica de colocación ya que la escalada en rocódromo es muy diferente a la escalada en roca. Este es un gran problema que se debe sanear en las primeras etapas de formación deportiva ya que si siguen desarrollando esta metodología, seguirán arrastrando este problema y será una traba para progresar en las posteriores etapas de formación.
El mejor entrenamiento para las primeras etapas escalando de primero es simplemente escalar mucho y aumentar el repertorio gestual. Es ideal probar diferentes tipos de rocas (caliza, granito, conglomerado…), diferentes morfologías (regletas, agujeros, chorreras…), diferentes ángulos de inclinación  (placas, desplomes, barrigas…), diferentes tipos de vías (bloqueras, de resistencia, de continuidad…), etc.


Una vez adquirido un buen repertorio gestual se puede empezar a forzar un poco en el grado y las caídas (el gran tabú para muchos, sobre todo en la iniciación). Las personas por naturaleza tenemos miedo a caer porque creemos que podemos hacernos daño, pero en realidad esto es que tenemos miedo a lo desconocido, por lo tanto el escalador debe aprender a caer en una posición correcta y a saber valorar si la caída es o no peligrosa.


Cuando ya se sabe valorar el peligro, se empieza a conocer al "miedo fantasma" cuando podemos tener una caída que no es peligrosa. Este es un miedo a lo desconocido que nos traba sin haber peligro real, y por tanto se debe de entrenar para subir este umbral y poder equilibrar los tres parámetros de fuerza, técnica y psique. Un buen método para empezar a controlar las caídas es tirarse adrede sobrepasando un seguro después de haber valorado que no hay peligro de hacerse daño al caer. Se puede empezar a medio metro pasando el seguro y poco a poco se debe de ir aumentando la distancia para que el recorrido de la caída sea mayor. Otro método muy útil es ir a escalar con gente que haga más grado, que vaya más al límite y caiga bastante, así verás como controlan las caídas y podrás valorar más rápida y positivamente el hecho de caer, ya que si no controlas este factor no podrás utilizar todo tu potencial y será un factor muy limitador en tu progresión.

Cuando ya se controlen estos parámetros es cuando realmente puedes empezar a machacarte y a aumentar el potencial físico en el rocódromo, si lo deseáis, o si no tenéis tiempo suficiente para escalar en roca. En el quinto y el sexto grado se puede avanzar muchísimo escalando solamente en roca pero conforme se avanza en el nivel se debe utilizar una metodología más compleja y organizada para poder progresar a los siguientes niveles de rendimiento, sobretodo si se está entrenando solamente en este medio. Este es el gran problema de solo escalar en roca, ya que los factores externos como el frio, la lluvia, el calor, la humedad, los tipos de vías que se pueden utilizar para entrenar, etc., se deben valorar muy bien para poder elegir la escuela para escalar cada día en concreto, siendo estos factores muchas veces muy limitantes por el modo de vida que llevamos, y nos vemos obligados a recurrir a los rocódromos como única alternativa.

Bibliografía

Winter, S. (2000) Escalada deportiva con niños y adolescentes. Madrid: Desnivel
J. Hörst, E. (2003) Entrenamiento para escalada. Madrid: Desnivel

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